El incremento de la demanda en bienes y servicios, producto de
un progresivo y permanente crecimiento poblacional, aumenta la
presión sobre los recursos naturales, ocasionándoles a lo largo
del tiempo y del espacio, cambios cualitativos y cuantitativos,
muchos de ellos adversos. A su vez, la base natural actual con
que cuenta el país, debe responder irremediablemente a estas
cambiantes necesidades, en las que se conjugan y compiten
intereses y preferencias de los usuarios hacia los diferentes usos
y aprovechamientos de las tierras.
El manejo sostenible de los recursos de las tierras requiere sólidas
políticas y planificación basadas en el conocimiento de los
mismos, con investigación básica y aplicada y con confiables y
detallados inventarios de suelos, agua, flora, fauna, minerales y
demás recursos del patrimonio nacional.
Lo anterior trae consigo la urgente necesidad de impulsar desde
todos los ángulos de la sociedad una efectiva planificación del
uso y manejo de la tierra, localizando y destinando equitativamente
los recursos naturales, de acuerdo con sus características, para
los numerosos tipos de usos requeridos para el desarrollo integral
de la nación, donde la producción sostenible de alimentos sea
prioritaria.
En Colombia, entre los censos de 1973 y 1993 la población pasó
de 22.9 millones de habitantes a 37.7, con una tasa media anual
de crecimiento cercana al 2.5% y una proyección de 4.6 millones
de habitantes para el año 2005 (DNP, 2002).
La Zonificación Agroecológica (ZAE), se refiere a la sectorización
de la tierra en unidades de menor extensión con similares
características relacionadas con su aptitud de uso, potencial de
producción e impacto medioambiental (FAO, 1996).
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